Entre el Eje 1, el Eje 2, Paseo de la Reforma y la Avenida del Trabajo, está un lugar mundialmente conocido; se trata del Barrio Bravo de Tepito, enclavado en la zona Centro de la Ciudad de México y con una controvertida fama que atrae a propios y extraños. Te contamos un poco de su historia.
Calles, avenidas y callejones de Tepito forman parte de La Lagunilla, un enorme zona comercial de la colonia Morelos, en la que se cuentan todo tipo de historias que atraen al turismo nacional.
Cerca del Barrio Bravo están también Garibaldi, la colonia Guerrero y muy cerca la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco.
Origen de Tepito, el Barrio Bravo de la CDMX
De acuerdo con diversas publicaciones en las que hacen alusión a Salvador Novo, el nombre del Barrio Bravo tiene origen del náhuatl.
Historiadores indican que el nombre se deriva del teocal-tepiton que significa “pequeño templo”.
En la época prehispánica, Tepito fue frontera entre la ciudad de México-Tenochtitlán y México-Tlatelolco y en la guerra de Colonia fue uno de los últimos puntos de resistencia tanto de mexicas como de tlatelolcas.
Tras la derrota, Hernán Cortés, el lugar fue relegado hasta los márgenes de la nueva Ciudad de México.
En la Colonia, San Francisco Teocaltepiton fue un barrio controlado por indígenas tlatelolcas y junto con Tequipeuhcan y Santa Ana Atenantitech, lo que hoy es Peralvillo fue una de las regiones más marginales de la CDMX.
Según las crónicas, el nombre se fue haciendo corto hasta quedar en Tepito.
Su estatus jurídico era el de “república de indios”, lo que les permitía tener cierta autonomía y respeto a sus usos y costumbres.
Antonio de Ulloa, uno de sus cronistas escribió en 1777:
“En Tepito, los indios se sucedían sin orden formando intrincados laberintos, y el paisaje corriente era de atraso, olvido y suciedad.”
Otra versión sobre el origen del nombre del Barrio Bravo
Armando Ramírez, conocido cronistas de Tepito, decía que el nombre se deriva de la expresión “te pito” que utilizaban los vigilantes de la zona que hacían guardia nocturna entre las vecindades de la zona.
Según Ramírez, antes de entrar al barrio, los vigías se ponían de acuerdo para comunicarse en caso de que tuvieran problemas.
Decían “si hay problemas te pito” y así poco a poco se le quedó el nombre del “Te pito”, aunque esta es más una leyenda urbana que un dato histórico.
En el México Independiente, la región tuvo un reordenamiento. y con las Leyes de Reforma, las propiedades comunales tuvieron que ser vendidas y adquiridas por empresarios.
Por ello y a la escasez de agua, en 1870 se convirtió en un lugar abandonado, lo cual atrajo a criminales y prostitutas.
Pero en 1874 el Ayuntamiento de México autorizó que se abrieran pozos artesianos para que continuara el desarrollo de la ciudad.
El sacerdote Juan Violante compró el rancho de Granaditas y el trazo permitió que en 1884 se fundara la colonia Morelos, cuya población se dedicaba a actividades como albañilería y carpintería.
Lugar de comercio informal
En 1880 el comercio informal se había apropiado de las inmediaciones del templo de San Francisco, primera era un centro de reubicación temporal de vendedores ambulantes del Centro Histórico.
La reubicación comercial nunca llegó y la zona se empezó a caracterizar por el comercio de cosas a precios bajos, en ocasiones producto de la delincuencia.
A inicios del siglo XX la mayoría de las personas habitaban casas en Tepito, pero empezaron a copiar el modelo de vecindades del Centro Histórico.
El barrio de Tepito ya tenía agua entubada y se instalaron lavaderos comunales, que se transformaron en centros de convivencia y conversación.
Durante la Guerra Cristera, cientos de zapateros provenientes del Bajío llegaron al barrio y Tepito se dedicó casi exclusivamente a la venta de calzado.
Tepito, barrio de tradición y fortaleza
En 1950 Tepito se consolidó como centro de comercio informal, a pesar de que el gobierno buscó transformar las vecindades en edificios de departamentos y acabar con el ambulantaje, no se pudo.
Su tradición indígena, obrera y marginal, fortaleció el carácter de sus habitantes, los tianguis y vendedores ambulantes aumentaron.
Con la globalización, en Tepito se dejaron de dedicar exclusivamente al calzado y ampliaron su oferta comercial.
Los tianguis pasaron a ser lugares de venta de fayuca, electrodomésticos traídos a México de contrabando y cuyo costo era notablemente más bajo-
Sus vecindades se transformaron en grandes bodegas y a fines de los años 70, el gobierno de la ciudad nuevamente intentó desalojar el barrio.
Con el terremoto de 1985 creció el abandono de inmuebles, que fueron ocupados para actividades ilícitas y el lugar volvió a reactivarse.
Tepito se transformó en un lugar de venta y distribución de drogas, así como de venta de piratería.
Los tepiteños comercian con casi cualquier cosa y es centro de abasto de miles de locales de casi toda la CDMX y los municipios aledaños del Estado de México.
Pese a ello, en el epicentro del Barrio Bravo hay reglas y la principal es: “El barrio no roba al barrio; perro no come perro”.
Parte de la identidad de la CDMX
Tepito es una referencia de identidad popular, no solo se ha traficado con productos, también han salido de ahí diversas tradiciones: los sonideros, las vecindades y la Santa Muerte, muralistas, la comida.
De ese barrio han salido figuras icónicas como El Santo y Paquita la del Barrio, otro de los más conocidos es Raúl ‘Ratón’ Macías y otro de los representantes de Tepito es el futbolista Cuauhtémoc Blanco.
En Tepito se pueden encontrar todos los platillos tradicionales de la gastronomía mexicana, desde tacos, tortas, garnachas y postres.
Estos lugares se ubican en los mercados del Barrio Bravo, La Lagunilla, en general los de la colonia Morelos.
Atractivos de Tepito
Si te decides a visitar este barrio, podrás disfrutar de diversos atractivos cerca de la zona:
- Mercado de La Lagunilla, puedes encontrar de todo (ropa, libros, juguetes, zapatos y más).
- Mercado de Granaditas, conocido por ser la zapatería más grande del mundo.
- El Altar de la Santa Muerte en Alfarería 12.
- La vecindad donde murió Guadalupe Posada en Jesús Carranza 6.
- La Galería José María Velasco en Peralvillo 55.
- El Centro Cultural Tepito-Lagunilla.
- Puestos de micheladas en presentaciones como las “Licuachelas”.