De acuerdo con la leyenda, el origen de los nacimientos se remonta a la época de Giovanni Bernardone, mejor conocido como San Francisco de Asís, quien fue el primero en instalar un nacimiento viviente para ejemplificar el nacimiento de Jesús.
Ya habiendo fundado la orden franciscana, él recorría las poblaciones de su natal Italia con el fin de predicar la palabra.
En 1223, mientras andaba cerca de Rieti, lo sorprendió la Navidad en la ermita de Greccio, donde se inspiró y reprodujo el nacimiento del niño Jesús.
Ayudado por otros clérigos, construyó una casita de paja, un portal y un pesebre e invitó a todos los lugareños a integrarse en una escena viviente, con José y María, el niño recién nacido, los pastores, un buey y un burro.
El Rey Carlos III introdujo a territorio español, incluyendo a nuestro país, en el Siglo XVIII.
¿Dónde encontrar algunas figuritas para el nacimiento? Los angelitos en Tzintzuntzan, Michoacán; las figuras de barro en Metepec, Estado de México; o los nacimientos en miniatura y policromados en Tlaquepaque, Jalisco.