¿Quién no ha visto pasar personas con una canastita en la que traen huevos cocidos, cacahuates, pepitas y otras botanas? Deberían ser patrimonio cultural de México por ser uno de nuestros vendedores favoritos.
En esa canasta también traen otra botanita que ha despertado muchas dudas sobre su origen: el chito. Que si es carne de caballo, que si es de burro, que si es de res. Muchas teorías, pocas respuestas.
Pero al fin conoceremos su origen. Si estás pensando que es carne de caballo, sí, lo es; si crees que es carne de burro, sí, lo es, o si imaginas que es carne de mula, sí, acertaste.
El chito es carne de las piernas y caja torácica de los animales antes mencionados. Pero ojo, estos animales se emplean para la alimentación por su poca o nula disposición para trabajos de campo.
Su proceso de preparación consiste en salar la carne y dejarla secar, así como se hace con los charales, el bacalao y la cecina. Con esto, adquiere un color ocre y una consistencia como durita que la hace llamativa.
Y lo mejor, lejos de lo que se dice que es carne dañina, es todo lo contrario. Cuando pasa por el proceso de salinización, la carne pierde una gran cantidad de agua, lo que evita que se reproduzcan bacterias o microorganismos, y la vuelva salubre.
Ahora sí podrás dormir tranquilo y la próxima vez que veas a un vendedor de canasta, métele el diente al famoso chito, sin albur.