Cuando se contesta el teléfono en nuestro país se suele responder con un “Hola”, “¿Quién es?” o los más españolizados, un “¿dígame?”, pero la mayoría expresa un popular “Bueno“, pero, ¿sabes la razón?
Porque en el siglo XIX cuando apenas se iniciaba el servicio de telefonía en México, a falta de una mejor tecnología, todas las llamadas sin excepción tenían que ser enlazadas a una central telefónica en donde había operadoras que tenían la función de enlazar las llamadas de un número a otro.
Es decir, había un intermediario responsable de pudieras hablar con la otra persona.
Verificaba que la conexión era buena, preguntaba: “¿bueno?” Y entonces si todo estaba bien, la otra persona contestaba: “¡Bueno!” Afirmando que escuchaba bien.
