Qué ingratos hemos sido con el Tonayán, nunca le hemos dado el valor que se merece. Para muchos fue su primer trago, a otros los acompañó en la pobreza y a muchos no los dejó en la tristeza.
Afortunadamente para esta bebida, hay quien sí reconoce su importancia y hasta la enaltece, como lo hizo una joven turista alemana quien le dio no un traguito, sino que se aventó un shot completo de este licor de caña.
Amelié caminaba muy tranquila por una playa mexicana, cuando otra chica la abordó y le hizo un divertido reto. El castigo que le tocó a la europea fue injerir un shot de la bebida. Ella ni siquiera la conocía y cual teporocho, se la tomó como agua.
Pensaríamos que, al ser una bebida fuerte, Amelié haría algún gesto o escupiría el trago, pero no fue así; ni una mueca, ni un aspaviento, nada, al contrario: “No es delicioso, pero no está mal”, fueron sus palabras.
Candil de la calle…
@sofiaaislass