El 31 de diciembre ya está cada vez más cerca, y con esa noche estamos inaugurando un año nuevo. Ya sea con vino espumoso o con ponche, comiendo pavo o también bacalao, la cena del año viejo guarda siempre muchas expectativas. Pero México es un lugar ancestral y, por lo tanto, multidiverso para sus fiestas, incluyendo la del año viejo.
En varios estados de la República Mexicana se conservan todavía celebraciones muy peculiares para la noche de 31 de diciembre. Vivirlas y mantenerlas es una manera de recordar por siempre a la familia. Aquí te presentamos, de manera especial y en honor a nuestras raíces, las maneras más tradicionales para celebrar el fin de año.
Quemando al viejo en el fin de año.
Los yucatecos conservan una bonita tradición, la mejor para entender que el pasado se queda atrás entre cenizas. Y es que en Tixcacal, un pueblito de Yucatán, el año viejo se representa en una figurilla de palos y madera, vestida de ropa vieja. Y ya con el aspecto de un anciano, lo llenan de productos pirotécnicos.
Y ya en las últimas horas del año, y también del viejo, que espera sentado en la puerta, las familias esperan las 12 en punto del 31 de Diciembre para hacerlos explotar. La tradicional “quema” de viejos adorna con luces y nostalgia la noche de las familia yucatecas.
Bailando al puro son jarocho
Ya es conocidísimo allá, en Veracruz, el bulevar Manuel Ávila Camacho, en la zona costera de Boca del Río, donde locales y turistas se reúnen para la mayor fiesta para despedir el fin de año y seguir la diversión en el primer amanecer del año nuevo.
La música de la salsa y la cumbia llena la bahía con baile. Y la fiesta es para todo el público, ya que están desde los niños que llegan con pijama hasta los compadres que tendrán la hielera llena. Así la gente se queda hasta apreciar el primer amanecer.
¡Nos rompieron la vajilla en el fin de año!
Las familias en Oaxaca tienes que estar pero preparados con dos vajillas para la cena del año nuevo. Una, claro está, para la cena y los invitados. Pero la otra la vajilla de barro que han guardado durante 12 meses está lista para hacer un estruendo con los fuegos artificiales.
Romper la vajilla de barro en la noche del 31 de Diciembre es un sinónimo de renovación, de barrer las últimas asperezas y esperar, con nuevas expectativas, el recibimiento del año nuevo. Eso sí, como hacer lugar para nuevas metas, también hacemos lugar para comprar una nueva vajilla apenas llegue Enero.
Los rituales prehispánicos de fin de año sobreviven
Pero también podemos pensar que numerosos pueblos, todavía protectores de las tradiciones ancestrales de los tiempos prehispánicos, realizan diferentes rituales para acabar el año. Los pueblos purepéchas, en Michoacán, encienden un Fuego nuevo para reiniciar el tiempo.
Por otra parte, hablado ahora de los huicholes, radicados en los estados de Jalisco y Nayarit, realizan sus rituales a lo largo de una semana. Y de la región de Oaxaca, los zapotecas del Istmo encienden velas para la noche y tiradas de frutas para la diversión.
¡Felices fiestas! 🎄🌟
En la época prehispánica la Flor de Noche Buena se cultivaba para usos rituales, medicinales y textiles. pic.twitter.com/pZXBCKUsHk
— Secretaría de Cultura (@cultura_mx) December 24, 2019