Se cree que la primera mujer que apareció en un billete mexicano fue la actriz catalana Gloria Faure, pero, antes de ella hubo otra dama que figuró en la economía mexicana: la poblana Manuela García Teruel, “Doña Manuelita”.
La joven era de clase acomodada y con sus encantos y sus virtudes logró enamorar al que en ese entonces era el presidente del recién fundado Banco Nacional de México, Antonio de Mier y Celis,
Él se había enamorado tanto de la mujer que le propuso que fuera su amante. Como símbolo de su amor le pidió que se dejara retratar para él; cabe destacar que en aquel entonces, el retrato representaba la unión entre dos personas.
No obstante, Manuelita no estuvo dispuesta a ser la segunda, por lo que tajantemente rechazó la propuesta del funcionario, hecho que le rompió el corazón y lo lleno de despecho.
Mier y Celis no dudó en mover sus influencias para conseguir de forma clandestina la imagen de su enamorada sin que ella lo supiera, y cuando la obtuvo decidió inmortalizarla en los billetes que recién iban a salir.
En la imagen del billete se puede apreciar el perfil de Manuelita, quien lleva el cabello recogido con una diadema de plata. Su atuendo se ve adornado con un vestido blanco y un collar de perlas con un águila sujetando a una serpiente.
Extrañamente, la forma en la que Antonio decidió vengarse implicó que el rostro de su joven amada estuviera expuesto a los ojos de cualquiera, y según el libro de Memorias De La Academia Mexicana De Estudios Numismáticos, argumentó que, ya que no pudo obtener su retrato para llevarlo siempre junto al corazón, “la tendrían en sus manos todos los habitantes de la República Mexicana”.
