Todo el mundo chismea, no lo podemos negar, y conviertimos los últimos acontecimientos del vecino y de la tía en una información transaccional. Y ahora es más fácil, con mayor cobertura, sólo un audio en WhatsApp, un vistazo a las historias de Instagram, las indirectas a la orden del día, y nuestros amigos íntimos ya estarán enterados del chisme.
Pero antes de empezar a hablar sobre lo demás, cosa que a los mexicanos se nos puede dar fácil, quisimos primero indagar sobre la ciencia detrás de este artilugio. Investigar un poco sobre la palabra , y la sociología y la antropología detrás del chisme, especialmente entre los mexicanos.
La etimología en la palabra “chisme”
Para conocer las implicaciones antiguas del chisme, o sea, cómo desde tiempo de antaño y actuales sigue provocando diferencias y alarmas, podemos consultar primero el Diccionario de la lengua española (2001). Y así, empezamos con una definición actualizada, que ya nos advierte de la posible falta de veracidad de nuestros rumores:
Noticia verdadera o falsa, o comentario con que generalmente se pretende indisponer a unas personas con otras o se murmura de alguna.
Ahora bien, si nos remontamos a tiempos antiguos, podemos agarrar, por ejemplo, el Diccionario Etimológico Indoeuropeo De La Lengua Española. En esta obra, los coautores Roberts-Pastor intuyen su origen griego del término skhizein, que significa separación, yo divido. Ahora bien, para el latín también existe un término para el chisme, el cual es schisma, que se refiere a la escisión, también separación.
#RAEconsultas El diminutivo de «chisme» formado con el sufijo «-ito» más extendido en el uso es «chismecito» (que también lleva el interfijo «-ec»), aunque también se documenta en ocasiones «chismito». 1/2
— RAE (@RAEinforma) July 7, 2023
La antropología detrás del chisme
Entonces, con la etimología de la palabra tanto en griego como en latín, entendemos el impacto entre las personas, una informacion exclusiva que, al ser compartida, separa a la comunidad. Este daño colateral es explicado en una entrevista con la doctora María Angélica Galicia, perteneciente del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, como un mensaje que no respeta la exclusividad de una sociedad.
La maestra en Etnohistoria y doctora en Antropología explica que hay dos tipos de enfoques detrás del chisme. El primero es el funcionalista, donde el rumor se produce por una transacción: confesar de manera abierta con un propósito o beneficio. Sin embargo, desde el otro extremo, esta el enfoque sensacionalista: el chisme también puede unir a un conjunto de personas e, incluso, generar un cambio ideológico.
El chisme entre los mexicanos
Tanto en México como en otros lugares de Latinoamerica hemos generado diversos apodos para el chisme, para que sea más sutil o más exhibicionista. Por ejemplo, utilizamos ventaneo o viboreo para hablar pestes o verdades sobre una persona, o también comadreo sólo por el gusto de juntarse y platicar sobre los demás.
El Diccionario de Español de México (DEM), proyecto realizado por el Colegio de México, posee varias entradas sobre cómo utilizamos la palabra chisme entre los mexicanos. Y claro, la más habitual, por ejemplo, cuando nos citamos en un café sólo para “andar en el chisme“:
Andar en el chisme, estar en el chisme, etc (Popular) Dedicarse alguien a escuchar, espiar y averiguar alguna cosa: “Marta se pasa el día en el chisme político”