Los hay para hacer bombas, de plátano, con relleno, los que tienen sabor instantáneo, para que no te huela mal la boca, en fin, hay muchísimos tipos de chicle, pero, sabes cuál es su origen.
El chicle como tal surgió en México, y para ser más exactos, en el territorio maya: el Gran Petén.
Se sabe que fueron los mayas quienes perfeccionaron esta resina o goma masticable; que se obtiene del árbol de chicozapote, al hacer cortes en zig-zag en la corteza, la resina fluye hacia la base del árbol, en donde se recolecta.
Posteriormente, tras un proceso de secado, es posible obtener la ya mencionada resina o goma. Los mayas la usaban para evitar el hambre cuando sus rituales requerían ayuno; o para higiene bucal.
Esta la llamaban sicte; y como también se utilizaba en el comercio; llegó a los mexicas algunos años después, bajo el nombre de tzictli.
Años después, durante su exilio en Estados Unidos, el ex presidente Antonio López de Santa Anna conoció a un empresario llamado Thomas Adams, y le platicó del tema, y le contó que se extraía del chicozapote. Así, Adams viajó hasta Yucatán para corroborarlo.
Tras diversos experimentos, todos fallidos, para fabricar llantas o ruedas, Adams se dio por vencido, sin embargo, ya disponía de una gran cantidad de resina; así que decidió venderla.
A pesar de que en un inicio, las cajas de Chicles Adams se vendían sin sabor y con el color natural; el éxito fue tal que la compañía de Adams comenzó a tener competencia, Fue una de estas empresas la que tuvo la idea de endulzarlo.
En adelante se hicieron varios intentos por añadirle sabores y colores a la famosa resina. El primero en tener éxito fue el sabor menta, creado por un vendedor de palomitas de Ohio en 1880. Sus chicles se llamaban Yucatán.
