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¿Mito o realidad? Esto pasa si mordemos un lápiz mexicano

Por Daniel Ramírez

Todos o casi todos, tenemos la costumbre de morder un lápiz cuando estamos pensativos o estresados. Es algo normal pero, ¿corremos peligro si hacemos esto?

En la antigüedad, se afilaban barras de plomo para hacer dibujos sobre papel y papiro, pero esto cambió cuando se descubrió el grafito en Borrowdale, Columbia, en 1564, y se empezaron a fabricar barritas de este material.

En 1827 Joseph Dixon empezó a producirlas en grandes cantidades y fundó su compañía. La empresa llegó a México en 1953 y actualmente la planta líder en producción de lápices a nivel mundial se encuentra en Tultitlán, Estado de México.

No hace muchos años, se tenía la creencia de que morder un lápiz era peligroso para la salud por el plomo que contenía. Se decía de que provocaba dolor de cabeza, vértigo, coma y después la muerte.

Pero es solo un mito, ya que los lápices nunca han sido fabricados con plomo. El recubrimiento de madera pintada de amarillo tampoco es tóxico, se empezó a usar para identificar los que habían sido hechos con grafito chino, el mejor de aquella época.

Ahora sí, aclarada la duda, húndele el diente con confianza.

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