El callejón del aguacate se encuentra muy cerca del centro de Coyoacán, de la Ciudad de México, para ser exactos, en la colonia Santa Catarina, la cual posee historias espeluznantes que aquí te compartimos.
El general
Se dice que vivía un militar solitario de un carácter rígido y reservado, quien salía todos los días a hacer largas caminatas para calmar la ansiedad y el padecimiento debido al estrés postraumático de las batallas.
Uno de sus vecinos, un niño que todos los días salía a jugar, y fascinado por las medallas de la chaqueta del militar le insistía a que jugaran juntos, sin embargo, el señor siempre le negaba el deseo o simplemente lo ignoraba.
Un día, la repetición de ésta acción hartó al militar y en un ataque de ira, golpeó al niño hasta matarlo y lo colgó en el árbol, el único testigo de la tragedia fue un misterioso monje que observó toda la acción desde una ventana.
El militar tras ver lo que acaba de hacer, se arrepintió inmediatamente y con el fin de sanar sus heridas mandó a poner en esquina del callejón un altar con una virgen, para que cada persona que pasara se persignara.
La leyenda cuenta que en las noches todavía se escucha el llanto del niño o que la virgen del altar también llora sangre, también hay quienes afirman haber sentido la presencia del infante y ver su rostro en la corteza del árbol.
La niña atropellada
Una niña de siete años que jugaba en la calle fue atropellada, y cuando el conductor se dio cuento del accidente se dio a la fuga.
Mientras la niña estaba agonizando por el accidente se le apareció una figura extraña que se ofreció a salvar su vida a cambio de entregarle su alma, la infante en su agonía aceptó el pacto, sin embargo, esta figura extraña la engañó y en vez de salvarle la vida la puso en una dimensión paralela de la cual no puede salir.
La criatura era el diablo mismo, quien tomó el alma hacia un lugar donde la niña no ha podido salir, y se dice que la menor presuntamente deambula en las madrugadas por el callejón.
Esto provocó que años más tarde cientos de personas fueran a buscar favores del diablo en altas horas de la noche al callejón.
La ouija
Algunas otras personas cuentan que durante el periodo del Cardenismo, en una de las casas se reunían altos mandos del gobierno que acostumbraban realizar sesiones espiritistas usando la ouija.
Una noche el espíritu se presentó a la sesión y les dijo a los asistentes que eventualmente se iban a traicionar unos a otros.
Al terminar esta y con la incertidumbre de las personas que escucharon al espíritu y más por sus puestos en gubernamentales, el dueño de la casa entró en pánico al pensar en que sería traicionado y mató a todos y los enterró en el jardín.
Desde ahí, se cuenta que en la casa se escuchan cadenas que se arrastran además de gritos y que se puede ver a los espíritus de los muertos en las ventanas.