Los aztecas tuvieron que pelear muchas batallas y por lo mismo, tenían que crear sus propias armas para defenderse. Una de ellas fue el macuahuitl.
Ha sido comparada con la macana o la espada, siendo un error común, por lo que según el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el término macuahuitl viene de maitl, que significa mano y cuáhuitl, que significa madera o palo.
Fue una de las armas mesoamericanas más representativas del periodo Posclásico tardío (1300-1521 d.C.) en el Altiplano central. No cumplía una función contundente, como la macana o la espada pues esta arma tenía dos funciones: punzar y cortar.
Sin embargo, el macuáhuitl azteca sólo cumplía la función de cortar.
Cronistas españoles del siglo XVI la describieron como “un instrumento temible” pues podía decapitar a un hombre de un solo tajo.
Representando a México en el mundo. Un poco de nuestro trabajo en la exposición Azteken en el Linden Museum de Sttutgart en 2019. Recreación de dos macuahuitl o “espadas” mexicas. #cultura #aztec #mexica #macuahuitl #arquelogía #mesoamérica pic.twitter.com/5TIs2PvbBi
— Aztecorum arqueología (@AztecorumA) February 3, 2022
Medía entre 91 y 120 cm de largo y tres pulgadas (80 mm) de ancho, con un surco a lo largo de sus bordes, en el que se incrustaban las navajas de obsidiana o pedernal.
La mayoría de las veces las navajas de obsidiana estaban incrustadas de forma discontinua e irregular, dejando algunos huecos a lo largo del arma, mientras que en otras ocasiones estaban colocadas de manera uniforme y muy juntas entre sí, formando un filo continuo.