Al igual que grupos tribales se comunicaban con señales de humo o hasta símbolos marcados en los árboles, en la región mazateca, los habitantes se comunican con chiflidos.
Así es, este sonido tan peculiar, permiten a los pobladores de la región Cañada, en Oaxaca, hacer planes, negociar y chatear sin siquiera decir una palabra.
Investigaciones del fisiólogo acústico francés René-Guy Busnel, indicaron que este tipo de comunicación también se realiza en algunas zonas de España, Francia y Turquía.
El común denominador de estas cuatro regiones es una topografía abrupta y con amplias extensiones y laderas cultivadas en escarpados desniveles, es decir, lugares donde la comunicación personal es difícil y muy limitada.
Los pobladores desarrollaron un lenguaje de gran alcance, para ahorrarse el gran esfuerzo de bajar, subir o recorrer grande distancias para intercambiar palabras o sostener alguna plática.
Lo que llama la atención, es que las mujeres indígenas nunca silban, lo cual es debido a la posición social que ocupa el sexo femenino dentro del mosaico socio-económico. No obstante, sólo las féminas adultas, madre o abuela, sí pueden comunicarse de este modo.