La flor de cempasúchil es una belleza, su olor, su color, la intensidad, sus pétalos, en fin posee una personalidad digna de honrarla en vida, en el Día de los Muertos.
Si tú admiras este regalo de la naturaleza, te dejamos algunos datos para que lo sigas haciendo aún más.
- El vocablo proviene del náhuatl “Cempohualxochitl”, palabra compuesta por cempohuali, que es el número 20, y xochitl, que significa flor. Unidas estas dos palabras son “20 flores” o “flor de 20 pétalos”; aunque también puede traducirse como “muchas flores”.
- Tiene varios nombres: flor de muerto, cempasochil, cempoal, flor de cempoal, flor de difunto, flor de muerto chino, flor de niño, veinte flores. Del mismo modo, en lenguas indígenas, su nombre varía, en mixteco es “yita cua”; en cora, es “púua”; en maya es ts’uul xpujuk, xpa’ajuk y xpayjul; y en tenek es k’uchid huitz..
- Hay 30 variedades de cempasúchil, de acuerdo con el Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas. Entre las que destacan son: tagetes erecta, que es la más común; tagetes patula, que tiene las puntas amarillas y el centro anaranjado; tagetes lunulata y tagetes tenuifolia.
- Los pétalos eran para los antiguos mexicas, como el sol. Por ello, las usaban como adornos en sus tumbas, ya que creían que éstas guardaban la tibieza del día y su aroma guiaba a los muertos.
- Diferentes investigaciones farmacológicas han confirmado sus propiedades antiinflamatorias y analgésicas. La flor de cempasúchil se ha utilizado como desparasitante y para calmar los cólicos estomacales, incluso para combatir algunas infecciones de las vías respiratorias y problemas dermatológicos como llagas o sarpullido.
- La flor de cempasúchil comienza a trabajarse a partir de julio y se cosecha en octubre. A partir de la fecha de su cosecha, el tiempo para vender la producción es de 15 a 20 días, de acuerdo con productores en Xochimilco.
- Al ser una flor de origen mexicano, se cultiva con diferentes fines en diversos estados de la República Méxicana, destacando Oaxaca, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Estado de México, San Luis Potosí, Tlaxcala y Durango. Su producción alcanza más de 13 mil 900 toneladas anuales.