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Origen del albur: Cuecuechcuícatl, canto travieso de los aztecas

¿Qué tan antiguo es la aparición del albur? Era tan común como los rituales en Tenochtitlán

Por Emmanuel Oviedo
Cuecuechcuicatl, origen del albur mexicano

¿Qué es el cuecuechcuícatl? Para desprevenidos e ingeniosos, el albur es una manera de hablar muy mexicana. El uso del doble sentido con un índole sexual detrás revela nuestra habilidad para la picardía y el juego con el lenguaje, pero ¿Cuál es su origen? Esta palabra es la clave.

Ya sea de manera maliciosa o juguetona, albureamos para que nuestro compañero caiga en nuestra trampa verbal y al parecer esto es algo milenario porque los aztecas ya hacían esto y sus atrevimientos lo llevamos en la sangre.

Desde aquellos tiempos ha existido esta dinámica sexual y lingüística que Octavio Paz refiere en su libro El laberinto de la soledad:

Cada uno de los interlocutores, a través de trampas verbales y de ingeniosas combinaciones lingüísticas, procura anonadar a su adversario; el vencido es el que no puede contestar, el que se traga las palabras de su enemigo

 

¿Qué es el cuecuechcuícatl, el albur de los indígenas?

Utilizado para la fertilidad, el cuecuechcuícatl era parte de un ritual agrícola. El llamado “canto travieso” tiene un significado muy curioso y divertido; “baile cosquilloso o de comezón“.

De la cultura huasteca provienen estos cantos, según Patrick Johansson, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y doctor en Letras. Justo en su artículoErotismo y sexualidad entre los huastecos“, los caracoles se utilizaban en los ritos y eran un símbolo de la sexualidad y de la fertilidad.

El Cuecuechcuícatl también tiene otro significado. Patrick Johansson lo define en uno de sus artículos más destacados sobre el tema: “Un antecedente ritual prehispánico del albur mexicano”.

Estos cantos, que buscaban la fertilidad de la tierra, contienen elementos sexuales. Se combinaban con danzas y con dichos eróticos. De este artículo vamos a incluir la siguiente citas de Johansson para más comprensión:

Por el carácter obsceno de sus ejecución dancística y por la patente “ligereza” de las palabras que lo componen, el cuecuechcuícatl fue catalogado por los recopiladores españoles como un “baile de placer”

Aztecas albur

 

Ejemplos de cuecuechcuícatl y de albures indígenas

En otro de los artículos de Patrick Johansson, llamado “Dilogía, metáforas y albures en cantos eróticos nahuas del siglo XVI“, recopila varios de estos chascarrillos sagrados entre los indígenas.

El primer ejemplo es el siguiente:

Crece (enredándose) luego se desfaja ho ohuaya“, en donde el falo masculino se compara con una flor que crece. Otra referencia a la ereción está clara en el siguiente albur prehispánico: “Yo sólo le levanto nuestro gusano y lo hago estar recto“.

En el caso de las mujeres, las preguntas eran aún más directas y eróticas. Encontramos en los cantos enunciados como “¿Quieres agarrar mis pechos?“. O también, de manera más precisa pensando en el acto sexual: “Desenreden las faldas, abran las piernas, vosotras, tlatelolcas”. Todo esto se mezclaba en dichos religiosos y eróticos, albures para la fertilidad de la tierra.

El pavor, el sexo, la risa y la muerte se fundían en esas escaramuzas lúdicas que buscaban propiciar la fertilidad

Aztecas pozole

 

¿Qué pasó con el “albur” indígena cuando llegan los españoles?

Patrick Johansson también realizó, en el mes de junio del 2019, la presentación de su libro Ahuicuicatl. Cantos eróticos de los mexicas. En este libro explora los conceptos de índole sexual utilizados con doble sentido en los cantos.

A través de las metáforas, los mexicas revelaban su visión de la sexualidad y esos conceptos metafóricos han evolucionado hasta el albur actual.

Sin embargo, con la llegada de los españoles, estas expresiones fueron cambiando. Por ejemplo, la serpiente representaba una figura sexual para los mexicas, pero para los cristianos representa la tentación en el Paraíso.

Posteriormente, cuando los historiadores españoles y los cronistas registraron estos cantos, no entendieron el índole sexual detrás de ellos.

Por su carácter obsceno, el cuecuechcuícatl fue prohibido por el clero español, una vez consumada la conquista de México […] la censura de lo “fuera de tino” hizo que se consignaran textos juzgados incompatibles con la moral cristiana

Albur conquista

 

En la mayoría de los casos el erotismo nahua era indirecto, en forma de metáforas y albures, aunque también existían  alusiones muy directas.

De acuerdo con el académico, el erotismo nahua figuraba de dos maneras, en algunos contextos era aceptado, celebrado, incluso vuelto un lúdico placer; en otros solo era una forma de amor íntimo; también llegó a ser un ritual de fecundidad.

Así, el erotismo estuvo presente de manera importante y frecuente en esta cultura donde prevaleció entre la metáfora, el albur y la vida cotidiano.

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