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Caldo Tlalpeño, el platillo que se creó por una borrachera del presidente Santa Anna

Por Daniel Ramírez

¡Qué delicioso es el Caldo Tlalpeño! Algunos lo comen por el simple gusto y otros para que les ayude a bajar la resaca de una buena noche de fiesta y copas.

Justo así fue como nació este delicioso platillo mexicano y fue el mismísimo expresidente de México, Antonio López de Santa Anna, quien lo probó por primera vez.

Al señor presidente le gustaba mucho la fiesta y la “combebencia”. De acuerdo a crónicas de la época, no se medía y como decimos popularmente “sacaba el after” en su casa de descanso.

Este inmueble se ubicaba en las actual avenida San Fernando 106, esquina con Calle Madero, en la alcaldía Tlalpan y ahí era donde la pasaba de lo lindo.

Se dice que a esas celebraciones asistían gente de la alta sociedad y gente exclusiva, quienes apostaban onzas de oro y plata en las peleas de gallo que organizaba Santa Anna.

En una ocasión y tras una noche de mucha algarabía, el mandatario amaneció con una resaca de aquellas. Le pidió a una de sus cocineras que le preparara algo para bajarse la cruda… y fue cuando vino la magia.

La señora eligió dos pollos del gallinero y algunas verduras del huerto para hacer el platillo. Hizo una mezcla inédita con todos los productos que agarró y la sirvió en un tazón de barro.

A Santa Anna le volvió la vida cuando lo probó e inmediatamente mandó traer a la persona que hizo esa delicia. Cuando llegó la cocinera, le preguntó el nombre del platillo y ella le contestó: “Caldo Tlalpeño”.

La palabra “Tlalpeño” hace referencia al antiguo pueblo San Agustín de las Cuevas, que en 1821 cambió su nombre por el de Tlalpan, por lo que los pobladores recibieron el gentilicio de “tlalpeños”.

Hay dos versiones más sobre el origen del Caldo Tlalpeño. Una dice que es de Veracruz, pues Santa Anna tenía varias casas en el estado, y la otra menciona que es del municipio de Talpa en Jalisco y de ahí viene el nombre de “tlalpeño”.

No hay registro de ninguna de estas, por lo que la versión de su origen en la Ciudad de México es la aceptada, incluso está inscrito en el segundo recetario “Sabores y raíces de la CDMX”, editado por el gobierno capitalino.

 

 

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